La excelencia a través de una buena elección


Si usted va por el mundo buscando la excelencia, encontrará la excelencia; si va por el mundo buscando problemas, encontrará problemas. O, como dice el proverbio árabe: "Lo que pueda significar un trozo de pan dependerá de que tengas hambre o no".
-John Grinder.

     El libro “Excelencia al estudiar”, es creado por Héctor A. Domínguez Oviedo con el fin de ayudar al lector a distinguir diferentes aspectos y fallas que comete a diario con sus decisiones y perspectivas; se centra en el poder que tiene la elección en nuestras vidas y cómo influye en nuestro futuro profesional; este enseña y clasifica en seis capítulos su libro y cada capítulo abarca  un punto importante en la vida del estudiante; en donde pone en práctica inconscientemente el poder de la elección y por ende el control de sus objetivos, el cual muchas veces no está direccionado por falta de motivación por deseo; asimismo este libro ayuda a saber cómo tener un buen punto de vista sobre los exámenes, un buen trato hacia nuestros docentes, las materias; también la importancia de nuestro plan de estudio en la academia y la influencia del entorno.

     Al leer “Excelencia al estudiar” decidí darle como título a mi ensayo “La excelencia a través de una buena elección” porque pienso que es la oración que en pocas palabras resume toda la enseñanza que me brindo este libro; desde que comencé la lectura solo el prefacio me dejo encantada e intrigada por continuar leyendo; desde muy pequeña mis padres me inculcaron el “ser perfeccionista” y “la mejor estudiante”, al principio sonaba como una obligación pero luego me di cuenta que es el mejor legado (por así decirlo), que me han podido dejar en mi vida; con el tiempo entendí y puse en práctica lo que trata de enseñarme el primer capítulo de este libro que de hecho es mi favorito “ El poder de la elección”. Al pasar de los años el ser perfeccionista y buena estudiante ya no era una obligación, puesto que, mis padres a medida que crecía ya no estaban tan al pendiente de mí, simplemente sabían que ya ellos habían cumplido su parte de formarme como una chica integral y que ahora yo tenía que hacer la mía eligiendo ser una buena alumna por deseo y no por una imponencia. Cuando entre al bachiller a partir de séptimo fui totalmente independiente de mis padres, realizaba mis tareas, trabajos y proyectos yo sola, sin la ayuda de nadie; y de repente ahí fue donde me di cuenta que el sacar buen puntaje ya no era una obligación, sino un deseo que yo tenía; me sentía bien y satisfecha de sacar buenos resultados, sabía que quien sacaba esas notas era porque tenía un buen conocimiento y había alcanzado los logros académicos requeridos; mi interés por el estudio gracias a mis padres ha sido tan grande que obtuve el título de mejor bachiller; gracias a que cuando todo dependía de mí, supe tomar una buena elección, supe quitar las obstaculizaciones que me traía la vida; aunque todo esto me define, cabe decir que soy una chica llena de temor, aun me preocupo por la nota tanto que puede que me interese mas esta que el aprender, en los exámenes muchas veces todo se me olvida  porque en mi mente abarco más las ideas miedosas de  poder equivocarme que las respuestas del examen, por la presión que ejerce una buena nota sobre mí. Este primer capítulo fue reflexivo para mí en ese ámbito cuando llegue el temor a mi debo mostrarme fuerte y en vez de idealizarme la nota mala que pueda tener, idealizarme él porque es importante para mi aprender y porque objetivos realmente lo estoy haciendo.

     El capítulo dos y tres los puedo relacionar en el sentido de que los exámenes y los maestros para mi uno desprende del otro, el buen rendimiento de un estudiante aunque no depende en su totalidad del maestro sino de su auto compromiso, también depende un cierto porcentaje del maestro; si el maestro no inspira confianza y seguridad, un apoyo para el estudiante; la visión del estudio se vuelve más difícil para nosotros; no nos deja ser optimistas en sus clases; y no nos deja de cierto modo reflejar algún interés en estudiarle, pero gracias a estos dos capítulos pude entender que los exámenes y los profesores no son nuestros enemigos, ni las cosas que dificultan nuestros buenos resultados, sino un soporte que nos garantiza la plena seguridad de que estamos teniendo un interés realista sobre nuestros objetivos.

     Muchas veces me pregunte lo mismo que se pregunta el autor en el cuarto capítulo; ¿Qué tiene que ver esta materia con lo que quiero estudiar?, yo realmente no veía por qué tener que esforzarse en la escuela en artística, ciencias políticas, informática, matemática, si lo que yo quería estudiar no tenía nada que ver con esas áreas; también me pregunte después de mi examen de admisión al no pasar, ¿Por qué tienen que hacer un examen general y no se enfocan en evaluar las materias que se relacionan de cierto modo con la carrera que uno quiere?; ya que si no fuese por matemáticas y mi mal razonamiento yo posiblemente estuviese dentro de la U; pero gracias a este capítulo entendí que todas las materias si se evalúan o se dan es porque son importantes para cualquier imprevisto de la vida, porque ahora no sabemos para que la vamos a utilizar pero vaya que realmente me sirvió ver artística en la escuela, una manualidad no me queda grande.

     En mi vida no existe casi el concepto de diversión, literal ¡no tengo tiempo¡, para nada gracias a el estudio; mi zona de confort es repetitivamente la misma, no se diferenciar un lunes de un sábado y tal vez se deba a mi mala organización y distribución del tiempo; en el quinto capítulo pude entender que realmente no estoy teniendo un equilibrio en mi vida, y que pesa más para mí el estudio que el compartir con las personas que me rodean; algo que por cierto deduje que está mal, debo equilibrar mi balanza.

     Mi entorno desde que tengo memoria nunca me ha influenciado, en realidad podría decir que mis amigos son los que se contagian de mi personalidad, y de mi responsabilidad; siempre trato de ayudarlos y de cambiarlos a ellos y no dejo que ellos influyan para nada en mí,  recojo lo positivo de las personas y eso es un punto a mi favor, así que este sexto capítulo podría decir que lo tengo más que claro.

     Para finalizar, debo decir que este libro realmente me cautivo en su totalidad, aunque ya me considero excelente académicamente, me ayuda a fortalecer y a mejorar mis fallas; me encanta realmente concluir que la buena elección es el mejor amigo de la excelencia; nosotros elegimos si ser o no ser, si hacerlo por compromiso, si hacerlo porque es lo mejor para nosotros; estoy plenamente agradecida con Dios, mi maestro por sugerirme este libro y mis padres porque todo lo que empezó siendo un compromiso con ellos; se convirtió en un compromiso con mis aspiraciones.












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